En Agosto de 1914, una ola de fervor popular estalló en Europa con la declaración de guerra entre los distintos imperios. En Berlín, Moscú, París y Londres se produjeron manifestaciones masivas de nacionalismo y un apoyo casi total a la guerra.

  El conflicto, que inicialmente se pensaba iba a ser corto, terminó durando cuatro años y dejando un saldo aproximado de 20 millones de muertos y millones más de heridos. Pasaría a la memoria como la "Gran Guerra", ya que había puesto fin a un período de prosperidad de Europa, en donde esta se había transformado en la dominadora de prácticamente las 3/4 partes del mundo.

    Con la entrada en la guerra de Estados Unidos, en 1917, y el agotamiento de los Imperios Centrales (Alemania y Austria-Hungría) para esa misma fecha, el final de la guerra estaba próximo. En 1918 se firma un armisticio (cese al fuego) y al año siguiente, en Versalles, se negocia el acuerdo de paz. El lugar elegido no era casual: casi medio siglo antes, en 1871, había sido el lugar adoptado para proclamar la creación del Imperio Alemán, tras infligir una humillante derrota a Francia. En 1919, la afrenta fue devuelta.

    Las condiciones de la Paz de Versalles resultaron extremadamente duras para Alemania. Francia llevó la posición más dura de las negociaciones (gran parte del Frente Oriental se había desarrollado en su historia). Estados Unidos, en tanto, se desatendió rápidamente de las negociaciones, renunciando a adoptar un rol más activo. Incluso, la propuesta de su presidente (la creación de una Liga de Naciones para resolver en el futuro pacíficamente los conflictos), sería adoptada, pero EE.UU. no ingresaría en la misma debido a la oposición del congreso norteamericano.

    Entre las disposiciones más relevantes de Versalles, Alemania declaraba haber sido el causante de la guerra, se comprometía al pago de enormes reparaciones de guerra, cedía parte de sus territorios para la creación del Estado de Polonia, devolvía Alsacia y Lorena a Francia (habían sido conquistadas en la guerra franco-prusiana terminada en 1871), se desmilitarizaba en forma prácticamente total (sólo podía disponer de un ejército de escasas dimensiones y construir barcos de bajo calado). Por otro lado, se crean una serie de órganos internacionales para evitar una nueva guerra mundial: la Liga de las Naciones, la Organización Internacional del Trabajo y la Corte Permanente de Justicia.

     Versalles pasaría a la memoria alemana como una afrenta, que se haría especialmente presente en los momentos de crisis económica de la década del '20. Al respecto, al firmarse el tratado de paz, el mariscal francés Ferdinand Foch (comandante en jefe de los ejércitos aliados durante la guerra) habría afirmado: "Esto no es un tratado de paz, sino un armisticio de 20 años". Verdad o mito histórico, la realidad es que Versalles no logró cumplir sus objetivos de paz.